En una decisión histórica el Reino Unido ha decidido a través de un plebiscito abandonar la Unión Europea. Tal vez se esté preguntando qué tiene que ver eso con usted en cualquier otra parte fuera del Reino Unido. Pues, mucho más de lo que se imagina.
Para empezar, las Bolsas se desplomaron en todo el mundo, indicando que empeoraron las expectativas sobre los resultados de las empresas y la economía mundial, ¿pero, por qué?
No faltan motivos. La decisión refuerza un movimiento anti establishment, nacionalista y populista en Europa y los EEUU, lo que aumenta la incertidumbre sobre el futuro. Esto hace que las empresas sean más cautelosas en sus inversiones, lo que consecuentemente desacelera la generación de empleos y el crecimiento de la economía mundial.
Desde el inicio del milenio, la tasa de crecimiento promedio de los países desarrollados ha sido sólo la mitad de lo que fue en las tres décadas anteriores. Más grave aún, este crecimiento ha favorecido casi exclusivamente a los dueños de capital en la medida en que el desplazamiento hacia tasas de interés negativas –hay más de US$9 billones en títulos que pagan tasas de interés negativas en los países desarrollados– ha generado burbujas en los mercados de activos financieros, al paso que el débil desempeño económico ha limitado los salarios a un aumento inferior a la inflación, es decir, a una reducción en términos reales. Consecuentemente, el ingreso mediano del mundo es actualmente menor que el de hace 30 años en términos reales incluso en los EEUU, que es el país desarrollado que ha tenido el mejor desempeño económico en este milenio. Es decir, por la primera vez en la historia de los EEUU, el nivel de vida del americano medio es peor que el de sus padres cuando éstos tenían su edad. Esto ha desatado mucho resentimiento y un fuerte movimiento de caza de brujas que culpa a inmigrantes y extranjeros por la situación, como es desafortunadamente común en estos casos.
En las últimas elecciones europeas, populistas y nacionalistas avanzaron de forma importante en prácticamente todos los países miembro. Los ejemplos más impactantes fueron SYRIZA y Amanecer Dorado en Grecia, el Partido del Pueblo Suizo en Suiza, el Movimiento de las Cinco Estrellas y la Liga del Norte en Italia, el Partido del Pueblo Danés en Dinamarca, Podemos y Ciudadanos en España, Jobbik en Hungría, Finlandeses en Finlandia, el Frente Nacional en Francia y UKIP en el Reino Unido. En la actual campaña presidencial americana las cosas no son diferentes, ya que Donald Trump y Bernie Sanders han tenido hasta recientemente un desempeño mucho más fuerte del que cualquiera en su sano juicio hubiera podido imaginar.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea fortalece los movimientos antiinmigrantes y el separatismo, lo que no sólo reduce el crecimiento global por debilitar el comercio internacional, sino que abre espacio a tensiones más graves, incluso bélicas. Es bueno recordar que el proyecto de interdependencia entre los países europeos a través de la Unión Europea tenía dos objetivos: acelerar el crecimiento económico y reducir el riesgo de conflictos bélicos en una región que dio a luz a dos guerras mundiales en el siglo XX. Ahora, ambos objetivos están debilitados.
Para empeorar las cosas, este choque económico negativo se da en un momento en que ya está tambaleante la economía mundial y en donde hay al menos dos grandes burbujas en mercados de activos que pueden representar un riesgo para la economía mundial.
Es posible observar en la economía mundial que Europa y Japón ya mostraban un desempeño muy débil y, probablemente, ahora entrarán de nuevo en recesión. Entre los BRICS, Brasil y Rusia ya están en recesión, al paso que China crece menos de lo que crecía hasta recientemente; sólo a India le está yendo bien. Los EEUU viven desde 2009 la recuperación económica más lenta desde la postguerra, ahora perjudicada por la incertidumbre electoral y la posibilidad, aunque cada vez más remota, de que el Fed eleve la tasa de interés. En resumen, hay un riesgo real de una nueva recesión global.
Del punto de vista financiero, la situación es aún más grave. Después de la crisis financiera global de 2008 los bancos centrales de los países desarrollados han inyectado decenas de billones de dólares, generando numerosas burbujas financieras. De éstas, al menos dos pueden funcionar como gatillo de una nueva crisis financiera global.
La primera vendrá de los EEUU. Aunque la recuperación económica a partir de 2009 ha sido la más lenta de toda la postguerra, el alza de la Bolsa americana ha sido la más fuerte desde entonces debido a la rentabilidad récord de las empresas. Esto fue posible gracias a varios factores que desafortunadamente ya no se sostienen más:
1. En 2008 y 2009 la crisis financiera global elevó el desempleo a su nivel más alto en más de 30 años en los EEUU, causando el desplome de los salarios y colaborando a aumentar la rentabilidad de las empresas americanas. Desde entonces, el desempleo cae y hoy ya es inferior al 5%, lo que sugiere que los salarios deben subir y reducir las ganancias de las empresas;
2. La explotación del gas de esquisto duplicó la producción de energía en los EEUU desde el 2008. Esto redujo el costo de la energía en los EEUU en comparación con el resto del mundo, mientras que el precio del petróleo seguía elevado en los mercados internacionales. Cuando el precio del petróleo se desplomó recientemente de más de US$100 por barril para US$50 o menos, esta ventaja competitiva de las empresas americanas se perdió porque el costo de extracción americano es relativamente elevado;
3. En 2010 el dólar estaba bastante devaluado en relación a la mayoría de las monedas del mundo, incluso el Real. Esto mantuvo las exportaciones americanas baratas en casi todo el mundo e, consecuentemente, impulsó fuertemente las ventas de las empresas americanas. Entre 2010 y 2015 el dólar se fue evaluando cada vez más –tendencia que debe ser reforzada por la salida del Reino Unido de la Unión Europea–, y las exportaciones de productos americanos, que antes llegaban baratas al resto del mundo, hoy son caras y se venden menos.
4. Debido a intereses bajísimos y más recientemente hasta negativos, las empresas americanas lograron reducir sus costos financieros, aumentando sus ganancias. Además, aprovecharon el momento para emitir deuda y usar los recursos para recomprar acciones. Por lo tanto, incluso en los casos en que no crecieron las ganancias de las empresas, las utilidades por acción aumentaron porque el número de acciones –el denominador de la ecuación– disminuyó. De esta forma, las deudas de las empresas crecieron bastante, dejándolas vulnerables a eventuales alzas de la tasa de interés. Cuando sube de 5% a.a. para 6% a.a. el costo financiero de una empresa aumenta 20%. Cuando sube de 0.1% a.a. para 1.1%, la misma elevación de 1 punto porcentual resulta en un aumento del costo financiero de 1000%.
Para completar, la concentración del ingreso en el país es la más elevada desde 1900. Siempre que ésta alcanza niveles cercanos a los actuales –como en 1929, 2000 y 2008– estallan las burbujas accionarias. Cuando la concentración del ingreso es alta y, por ende, muchas personas están ganando muy poco, la única forma de aumentar el consumo es endeudándose cada vez más. Este gran endeudamiento termina causando una crisis de impago cuando la tasa de interés o el desempleo aumentan. Brasil no deja a nadie mentir.
EEUU – INGRESO DEL 1% MÁS RICO, % DEL TOTAL
Finalmente, no sólo las ganancias de las empresas americanas están cayendo ya hace casi dos años y deben seguir cayendo, sino que la razón Precio/Utilidades de las acciones americanas se encuentra en el segundo nivel más elevado desde 1870, al considerar las ganancias promedio de todo un ciclo económico –o el CAPE para los aficionados de las jergas financieras–. El único momento en que las acciones americanas estuvieron más caras que actualmente fue durante la burbuja de la bolsa de Nasdaq. Mientras más cara esté la Bolsa de acuerdo con este indicador, mayor suele ser la baja de las acciones cuando empieza a caerse.
Dada la confluencia de todos estos factores, a nadie le sorprendería que el índice S&P500, el principal de la Bolsa de los EEUU, cayera súbitamente en cerca de un 50% como de hecho sucedió en 2008/2009. Sin embargo, si este desplome llegara a suceder, lanzaría al mundo a una nueva crisis financiera global.
Como si no bastasen los problemas económicos globales y financieros americanos, existe también una enorme burbuja de crédito e inmobiliaria en China, que puede estallar en función de una recesión global y/o estallido de la burbuja accionaria de los EEUU.
Empecemos por la burbuja inmobiliaria. Es la mayor en toda la historia del planeta al menos desde 1900 –período para el cual obtuve datos para analizar. Sólo para dar una idea de magnitud, el nivel máximo de lanzamientos de casas y departamentos en Brasil se alcanzó en 2013: 200 mil unidades; en los EEUU, en 2005 –durante el auge de la burbuja inmobiliaria–, llegando a 2.2 millones de unidades; y en China, el año pasado alcanzando la marca de 22 millones de unidades.
De acuerdo con otro parámetro, el consumo anual per cápita de cemento en el auge de la burbuja inmobiliaria americana de 2008 mal superó los 400 Kg. En la burbuja inmobiliaria de Corea de 1997 –la más grande que ya estalló hasta ahora al menos en términos de este indicador– el consumo per cápita de cemento llegó a 1,550 Kg. En China, este consumo es actualmente superior a 1,700 Kg. No debemos olvidar que se trata de consumo por habitante. Si hay algo que no falta en China son habitantes.
Cuando las burbujas inmobiliarias estallan los compradores de inmuebles y constructores no logran pagar sus deudas con el sector financiero, lo que resulta en grandes pérdidas para dicho sector y el estallido de las burbujas de crédito.
En septiembre de 2008, este mecanismo hizo que Lehman Brothers entrara en bancarrota, dando inicio a la crisis financiera global. En aquel entonces el total de activos en el sistema financiero americano era de US$ 6 billones. En el sistema financiero chino, había un poco más de US$3 billones. Desde entonces, China infló una burbuja de crédito a una velocidad nunca antes vista. Hoy en día, el total de activos en el sistema financiero chino es de más de US$ 15 billones –dos veces y media lo que era en los EEUU cuando quebró Lehman Brothers–, la mayor parte directa o indirectamente relacionada al financiamiento de la burbuja inmobiliaria. Y esto sin considerar los financiamientos del enorme sistema bancario paralelo –shadow banking– y el gran volumen de financiamientos a empresas de la construcción chinas a través del mercado internacional de capitales. En resumen, cuando estalle la burbuja inmobiliaria china, es difícil de imaginar que no habrá una nueva crisis financiera global, tal vez la más seria que haya visto la generación actualmente viva.
Aún es demasiado temprano para saber si la salida del Reino Unido de la Unión Europea será solamente la caída de un dominó aislado –ojalá– o el primero de una secuencia de dominós cada vez mayores y más conectados a otros dominós, con el potencial de impactar de forma considerable la vida de todos los habitantes del planeta en los años venideros.
Para nosotros en Brasil, en particular, esto es muy importante porque, como he resaltado, Brasil aisladamente cuenta actualmente con todas las condiciones para reanudar el crecimiento económico de forma más rápida y fuerte, que casi nadie imagina, en caso de que se recupere la confianza de los inversionistas, empresarios y consumidores, al colocarse en orden las cuentas públicas mediante la aprobación de las reformas para limitar los gastos públicos y de la Previsión Social. Estoy tan fuertemente convencido de esto que me dediqué arduamente a escribir el libro Después de la Tormenta para explicar detalladamente las razones de mi convicción.
Sin embargo, Brasil no es una isla. Lo que sucede en el resto del mundo nos impacta, y a veces de forma determinante. Luego ahora que la tormenta brasileña da los primeros signos de que puede pasar, se forman nubes de lo que puede llegar a ser una gran tormenta global.
Ricardo Amorim es autor del libro Después de la Tormenta, presentador del programa de televisión Manhattan Connection de la estación Globonews, presidente de Ricam Consultoría, el brasileiro con más influencia en LinkedIn, único brasileño en la lista de los mejores y más importantes ponentes mundiales de Speakers Corner y el economista más influyente de Brasil según la revista Forbes.
Fonte: Linkedin - Ricardo Amorim
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